La Catedral de Burgos está dedicada a Santa María la Mayor, es el primer templo de la diócesis. Comenzada su construcción en 1221, es Patrimonio Mundial de la Humanidad desde 1984.
Siéntase protagonista de este lugar, que es obra de los hombres y fue hecho para gloria de Dios, como pensaron los artistas que en él trabajaron durante tantos siglos.
Antes de que mire hacia arriba y contemple la maravilla gótica de la luz queremos informarle de la historia pasada de este lugar, que generación tras generación ha ido plasmando en la construcción lo que Burgos necesitaba.
Este templo, que ahora le acoge, no es la primera catedral que se levantó en este lugar. Anteriormente hubo aquí una catedral románica, edificada entre 1080 y 1095, en el espacio que ocupó el palacio de los Reyes de Castilla, donado por el Rey Alfonso VI al obispo, D. Jimeno. En ella se celebró un acontecimiento muy significativo, la boda del Rey de Castilla, Fernando III, el Santo, con Beatriz de Suavia, hija del Emperador europeo Federico II de Suavia. Burgos era una ciudad regia, moderna y en constante expansión hacia Europa a través de las alianzas políticas y del Camino de Santiago.
Por ello se necesitaba una nueva Catedral, acorde con el rango e importancia de la ciudad, que era la capital del Reino Castellano-Leonés. El Rey Fernando y el Obispo D. Mauricio deciden de mutuo acuerdo levantar una catedral según el nuevo estilo, el gótico, que se extendía ya por Europa. Colocan la primera piedra el día 20 de Julio de 1221. El obispo había estudiado en París y conocía las grandes catedrales francesas, alguna de ellas ya concluida. Con arquitectos y maestros franceses, traídos a Burgos por el obispo D. Mauricio, se inicia la primera construcción, que sigue el modelo de Notre Damme, Reims, Amiens, Laón, etc., logrando para Castilla y León la primera catedral gótica de la Península, que serviría de modelo a las siguientes construcciones del Reino Castellano-Leonés.
La construcción fue muy rápida; en los nueve primeros años ya estaban concluidas la cabecera y las naves de la girola con sus capillas absidales, quedando dispuesta para el culto en 1230, año en que se realizó la primera consagración. A partir de esa fecha se comienza a derribar la catedral románica, intacta hasta ese momento. Las obras continúan con la conclusión de la nave del crucero y sus portadas y se inician la nave central y las laterales, que quedarían rematadas en 1260, año de la consagración de todo el templo. Habían pasado 39 años, un record de construcción de una catedral. No obstante, este templo se sigue ampliando y se enriquece con nuevas edificaciones. Se construye un claustro nuevo al lado de la nave sur de la girola en el último tercio del siglo XIII y se remodelan las capillas absidales; además, se van construyendo capillas desde finales del siglo XIV hasta el XVIII. Las ampliaciones se dan por concluidas en el siglo XVIII con la nueva sacristía y la Capilla de las Reliquias.
Además de la construcción más importante de la catedral, que se realiza en el siglo XIII, en la segunda mitad del XV se ejecutan tres importantes obras en este templo, las agujas colocadas sobres las torres, la capilla del Condestable y el antiguo cimborrio, situado sobre el crucero. Cuando este se derrumbó fue construido otro nuevo entre 1539 y 1565.
Los bienes muebles que se pueden contemplar en la catedral son muy numerosos y están realizados por los grandes artistas burgaleses y foráneos que se establecen en esta ciudad:
El retablo de Santa Ana, obra de Gil de Siloé, los retablos de la Capilla del Condestable, obras de Diego de Siloé y Felipe Vigarny. Otras muchas obras de pintura y de orfebrería, así como ornamentos litúrgicos llenan las vitrinas del Museo. Igualmente es necesario destacar los sesenta tapices del siglo XVI que se conservan en la catedral y que son considerados como una de las colecciones más destacadas de España.